Club Los Indios

El recuerdo a Guillermo «Willy» Gómez

Este domingo 3 de diciembre de 2017 señala el primer aniversario de la despedida a un referente del club, dentro del ambiente del básquet. Hoy hace un año que despedimos a Guillermo «Willy» Gómez. Por ello, dedicamos estas líneas en su memoria, en la revista edición 80° aniversario del club Los Indios:

Alguna vez dijeron: «Era el que hacía reir al grupo, como jugador era un gran humorista» y es hoy en día que el club agradece eso. Guillermo «Willy» Gómez no era un brillante basquetbolista, tenía una cintura brillante, salidas del paso y voz cantante. Todo lo que pudo utilizar para ser el conductor de la actividad en Los Indios durante tanto tiempo. Willy era el denominador común, el primer embajador, su sinónimo más fiel. Donde mencionaras al básquet de la institución, la réplica era «Ah, ¿Willy Gómez?».

Parece mentira que ya se asome el primer aniversario de su partida, aquel 3 de diciembre de 2016, cuando la cantera se dirigía a jugar ante Boca Juniors. Ahí estaba él, bancando a los pibes, como siempre lo hizo. Parece cercano y lejano a la vez.

Tenía una sensibilidad distinta para percibir y captar a un chico, ingresarlo al mundo del básquet y hacerlo explotar. Es el recuerdo a un Sebastián, a un Matías. Puso el ojo y dijo: «Mirá qué pivots les traje». Gracias a él, el club también conoció a uno de sus personajes más queridos, Marcelito.

«¿Qué hacés papá?», «Vamos, eh», «Willy Show», entre tantas frases para añorar de Willy. Pero a su vez, queda el deseo de recordar todo lo que consiguió en su enorme paso por el club, el entrenador Flavio Ampuero le dedicó unas palabras: «Para mí, en los ocho años que trabajé junto a él, fue mi hermano mayor, siempre estuvo para ayudarme cuando había problemas. Él siempre estaba acompañando y apoyando. Nos veíamos todos los días, y cuando llegaba el sábado a la hora de los partidos, él estaba ahí siempre. Estoy eternamente agradecido, primero por traerme al club, segundo por haberme bancado en situaciones complicadas y tercero por haber tenido la confianza en mí para obtener todos los logros que alcanzamos. Este es el club donde tuve las mayores gratificaciones de manera profesional, donde más éxitos tuve y mucho se lo debo al apoyo que siempre tuve de él. Los mejores recuerdos y agradecimiento eterno a todo lo que me dio».

Siempre había un comentario para levantar a los pibes y también un golpecito a la puerta cuando no salían las cosas en la cancha. A veces bien y otras mal, pero siempre Willy.

(22 de noviembre de 1963 – 3 de diciembre de 2016)